EL DIVINO ESCULTOR

Vista previa

Libro de Poesias

El Divino Escultor

Estando persuadido de esto: " Que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el Dia de Jesucristo

Filipenses 1: 6

Escritora Melita de Macchia

INTRODUCCION Es mi deseo al presentar este libro, que llegue a vuestras manos y su lectura sea de bendición e inspiración para acercarnos a Cristo, ya que Él es el tema y motivo del presente. Mis sentimientos y experiencias en la vida cristiana me han llevado a expresar estas poesías, que quizás sirvan a los que las leen. Humildemente, no pretendo que sea una obra literaria, sino que el fin, como ya lo he dicho antes, sea una sincera expresión de nuestro sentir por el Señor Jesucristo, nuestro Señor y para gloria de su Nombre. Agradezco también a los que han hecho posible esta edición, asi como a los que me han ayudado en el copiado e impresón de poesías, mis sobrinos Sandra y José Farao. Dedico este libro a mi esposo, hijos y nietos que alegran mi vida y me alentaron a editar el presente.A mis amados hermanos de diferentes Iglesias, algunos ya con el Señor, que aprobaron y compartieron las poesías.
Melita de Macchia

¿ POR QUÉ ? 

¿Por qué, Señor bajaste a este mundo de dolor
si cerca y junto al Padre, vivías en la gloria.
Por qué en un pesebre tan casi solitario
vestiste tu deidad con un manto de carne?
¿Por qué curaste siempre y nada Tu pediste?
¿Por qué lo diste todo y nada recibiste?...
¿Por qué...? ¿ Por qué, Señor dejaste que coronen
tus santas sienes de espinas que punzantes
derramaban tu sangre, esa bendita sangre
cual trágica respuesta de un mundo agonizante?
¿Por qué pendiste de un lóbrego madero?
¿Por qué pedías clemencia por aquellos
que en su ira perdían toda ciencia
descargando su furor en tu Presencia?
No se porque, yo no te conocía,
mas no puedo olvidarte alli clavado
sufriendo esos dolores, Cristo amado
sufriéndolos por mi, por mi pecado.
Aun no lo sé... mas sé que me salvaste,
debí yo estar allí clavado...
mas Tú lo hiciste, Señor, me amaste tanto...
¡Aun no lo sé, mas Tú me has perdonado!