CONSAGRACIÓN
Señor Jesús, hoy quiero que me escuches
y mi alma elevo a Tu Presencia,
quiero decirte cosas que nunca antes
Estoy ante tus plantas, mas se ahoga
el sonido de mi voz en mi garganta
y parece que en mi pecho se agiganta
un ardiente deseo de alabanza.
¿Qué puedo decirte que no sepas?
Ante Ti Señor, ya no hay palabras,
has llenado mi ser de amor tan dulce
que lo siento correr por mis entrañas.
Quiero entregarme toda, en cuerpo y alma
a lo que Tu dispongas en mi vida,
pues sé que es lo mejor, si Tu me guias
no habrá temor en la existencia mía.
Descanso encuentre en Ti, Jesús amado,
pues llevas mi yugo compartido,
y Tú llevas lo pesado, yo el alivio,
como en la Cruz, llevaste mi castigo.
Vamos, Señor, dulce es andar contigo
llévame en tus brazos fuertemente,
que al despertar en tu seno allá en la gloria
podré contemplarte eternamente.