EL HIJO PRÓDIGO
Se ve tan sucio como aquel charco
sentado y pensando su desacierto,
el Pródigo ansía la casa del Padre
Nada le había ofrecido aquel mundo
que brilló ante el tan resplandeciente,
gastando su tiempo, sus fuerzas, talentos,
hasta que acabados vivió entre los cerdos...
¡Volveré a mi Padre, que inmensa locura
cometí al correr tan absurda aventura!
Si El me brindaba la paz y abundancia,
¡no merezco nada, serviré en su estancia!
Cargando el pecado, vacío, enconrvado,
la mirada baja, sus pies ya cansados
desandan la senda que lleva al hogar...
¡Mas en la puerta Alguien que lo ama
ansioso lo espera...Y lo ve llegar!
Corre hasta alcanzarle, lo abraza, lo besa,
no importa lo sucio, lo pobre que está
el Padre lo ama, es su hijo que ha vuelto,
' perdido es hallado...' y ¡No importa mas!
Así nuestro Padre del Cielo te espera
si te has apartado muy lejos de El.
Espera que vuelvas para estrecharte
en sus brazos tiernos que hicieron tu ser...